jueves, 15 de abril de 2010

CARACTERÍSTICAS DE LA ÉTICA COMUNICATIVA



La ética comunicativa es una ética procedimental: porque no reflexiona solo sobre contenidos morales, sino acerca de los procedimientos mediante los cuales podemos declarar que normas surgidas de la vida cotidiana son correctas, es una ética que de las dos caras del fenómeno moral, felicidad y norma, sólo atiende a la norma.

La ética comunicativa se convierte en una "ética deontológica“: porque anuncia los procedimientos que deben seguirse para llegar a determinar la corrección de una norma. Las normas surgen y proceden del mundo vital y la filosofía moral se limita a descubrir los procedimientos dialógicos para legitimarlos.

La ética comunicativa es cognitivista: a que además considera el procedimiento por el que llegamos a determinar lo correcto: "el discurso practico", que se lleva a cabo en un marco comunicativo, dialógico y discursivo, un marco en el que se trata de universalizar la materia de la moral, que son los intereses de los afectados por las normas, en el que se descubre el carácter dialógico de las personas.

La ética comunicativa está ajustada a determinadas reglas y seguir un cierto procedimiento: En el que en primer lugar se requiere aceptar una relación entre los interlocutores que es a la vez hermenéutica y ética, ya que debe haber un entendimiento mínimo entre el hablante y oyente y estos deben reconocerse mutuamente como personas y como interlocutores válidos, cuyos derechos a la réplica y la argumentación tienen que ser reconocidos, a partir de este momento, es posible elaborar una teoría de los derechos humanos.


¿QUÉ ES ÉTICA COMUNICATIVA Y EN QUÉ SE BASA?


La ética comunicativa o dialógica, ha sido desarrollada en las ultimas décadas del siglo XX sobre todo por Jürgen Habermas en Alemania. Es una ética formal, basada en él dialogo y la comunicación. Este autor preocupado por la justificación y la fundamentación de la ética en una sociedad pluralista y demócrata como la actual, coloca el énfasis en el procedimiento para llegar entre todos a una normativa moral universal.

Para la ética comunicativa el discurso debe ocurrir en una situación ideal de habla.

Para Habermas, “el que expresa un punto de vista moral está suponiendo que expresa algo universalmente válido”. La universalidad se logra en el diálogo, en el discurso, y está implícita en la comunicación.

A través de la teoría de la acción comunicativa se hacen los trazados de una pragmática general y de una teoría universal de la sociedad. Reconstruir, mediante la expresión de los individuos, del lenguaje y la comunicación, un espacio de entendimiento y consenso, de aceptación y cooperación, como plataforma de un nuevo pacto social.

En el lenguaje, afirma Habermas, está la base de la democracia, porque permite una comunicación e interacción eficaz, equilibrada y libre.

Con la ética comunicativa se amplía el ámbito de la reflexión hacia una filosofía práctica, que tiene como objetivo una reflexión sobre la política, fundamentalmente sobre el modo de vida democrático, partiendo de la argumentación como punto de partida para la reflexión.

Jürgen Habermas

  • (Düsseldorf, Alemania, 1929) Sociólogo y filósofo alemán. Principal representante de la llamada «segunda generación» de la Escuela de Frankfurt, entre 1955 y 1959 trabajó en el conocido Instituto de Investigación Social de la ciudad. Enseñó filosofía y sociología. Según Habermas, no es posible una objetividad ajena a valores e intereses, razón por la cual aquellos saberes resultan reductores, en la medida en que se basan en una razón meramente instrumental. Resultado de ello, de acuerdo con su crítica, es la creciente burocratización de la sociedad a todos los niveles y la despolitización de los ciudadanos. Habermas propone una «razón comunicativa», cuyo fundamento sería el carácter intersubjetivo y consensual de todo saber, y que devolvería a la sociedad el control crítico y la orientación consciente de fines y valores respecto de sus propios procesos.
  • Es un filósofo y sociólogo alemán, conocido sobre todo por sus trabajos en filosofía práctica (ética, filosofía política y del derecho). Gracias a una actividad regular como profesor en universidades extranjeras, especialmente en Estados Unidos, así como por la traducción de sus trabajos más importantes a más de treinta idiomas, sus teorías son conocidas, estudiadas y discutidas en el mundo entero. Habermas es el miembro más eminente de la segunda generación de la Teoría Crítica de la Sociedad, conocida también como Escuela de Fráncfort.